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SALUD GENERAL

Beneficios de la Rhodiola para el Estrés

Introducción Aunque las propiedades de la raíz de Rhodiola son conocidas desde siempre por la población local de las zonas árticas y montañosas en las que se desarrolla, su salto a la fama como planta contra el estrés es relativamente reciente. Conozcamos un poco más sobre la llamada “raíz de oro” o “raíz del Ártico” y sus beneficios para la salud, que derivan principalmente de su capacidad para mejorar el rendimiento en situaciones de cansancio, fatiga y estrés. ¿Qué es la Rhodiola? Su nombre botánico es Rhodiola rosea debido a que, si se corta o se rompe, emite un aroma parecido al de la rosa. Mide entre 20 y 30 centímetro de altura y sus hojas son de color verde-azulado. Florece en verano, siendo las flores masculinas de color amarillo o naranja y las femeninas de tonos granates oscuros. A esta planta no le va la vida fácil y cómoda, ya que vive en climas fríos y prolifera en sitios recónditos de difícil acceso, como en las grietas rocosas de las montañas, en escarpados acantilados o en la gélida tundra. Sus localizaciones favoritas son los alrededores del Ártico, como Groenlandia, Islandia o los países escandinavos. También se encuentra al norte del Reino Unido y en altas cordilleras como el Himalaya, las Montañas Rocosas, los Cárpatos, los Apeninos, los Andes o los Pirineos. Como ves, la Rhodiola habita lugares en los que vivir debe de ser muy estresante… pero se adapta. Esta capacidad de adaptación la transmite a través de sus principios activos, convirtiéndola en lo que se conoce como una planta adaptógena. ¿Qué es una planta adaptógena? Las plantas adaptógenas son aquellas que mejoran la capacidad de adaptación del organismo a factores ambientales estresantes prolongados. Alivian la fatiga y la astenia ante una gran carga de trabajo diario y rebajan el estrés provocado por la velocidad de la vida moderna. Aunque estas plantas ya se conocían en la medicina china tradicional como “tónicos superiores”, el primero que acuñó el término “adaptógeno” fue el ruso Nicolav Nazarev, farmacólogo que trabajó para la antigua Unión Soviética con la misión de encontrar sustancias para aumentar la resistencia física y mental ante el estrés sufrido por los combatientes en la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, la de los astronautas y atletas soviéticos durante los tensos años de la Guerra Fría. Este científico investigó las propiedades adaptógenas de una planta llamada Schisandra chinensis, y abrió una nueva clasificación de reguladores metabólicos en los que posteriormente se incluirían el Eleuterococo, el Ginseng y nuestra planta estrella de hoy: la Rhodiola. Mucho más que una planta anti-estrés: La capacidad de la Rhodiola para mejorar la capacidad física e intelectual ya la conocían los pueblos esquimales de Norteamérica, que consumían los rizomas de Rhodiola como alimento. Al parecer, los vikingos también la tomaban para aumentar su fuerza y resistencia en las duras batallas, y más adelante en Noruega se utilizaba la Rhodiola para combatir la alopecia, la neumonía y también como diurético. En otras zonas donde crece la Rhodiola, esta se ha usado tradicionalmente para luchar contra la depresión, disminuir el cansancio y tratar la impotencia masculina y la infertilidad en la mujer. Todos estos son motivos que generan estrés y el estrés, a su vez, provoca depresión, fatiga y disfunciones sexuales. La Rhodiola puede ser de ayuda para salir de este bucle de ansiedades. ¿Cómo funciona la Rhodiola? Como hemos visto, los beneficios de la Rhodiola se conocen desde hace siglos. Ahora se sabe que sus efectos adaptógenos se deben fundamentalmente a los principios activos del rizoma y la raíz de la Rhodiola y se atribuyen al efecto de estas sustancias sobre neurotransmisores neuronales como la serotonina y la dopamina, así como sobre ciertas endorfinas. Debido a esto, la Rhodiola rosea mejora el rendimiento físico e intelectual y fortalece la capacidad para gestionar la ansiedad ante situaciones estresantes. También se han demostrado los efectos antidepresivos y ansiolíticos de la Rhodiola y su poder antiinflamatorio, inmunomodulador y protector celular. Teniendo en cuenta sus propiedades para adaptarse a temporadas de estrés y exceso de trabajo, es fácil comprender que la Rhodiola se esté convirtiendo en una alternativa terapéutica muy interesante en una sociedad en la que la ansiedad, la depresión y la apatía están tan instauradas. Beneficio por tomar Rhodiola El día a día de muchas personas consiste en una larga jornada laboral tras la que llegan a casa exhaustas y sin tiempo ni fuerzas para prestar atención a su pareja, a su familia o a sí mismas. Esta agotadora dinámica provoca una gran insatisfacción vital y un cansancio permanente, por lo que en muchas ocasiones los momentos de ocio, si los hay, no se dedican a algo productivo que genere alegría y plenitud, sino a conductas evasivas que no hacen sino empeorar la situación de desasosiego interno. Tomar Rhodiola nos da más fuerza para afrontar el estrés diario, mejorar nuestra resistencia a la fatiga y no caer en la apatía. Nos puede ayudar a modificar poco a poco, y poniendo de nuestra parte, lo que en nuestra vida nos genera ansiedad y falta de energía, porque tendremos un estado mental más equilibrado para afrontar los cambios que queremos realizar. Como los problemas causados por el estrés y la ansiedad están tan extendidos, la Rhodiola está indicada en muchas situaciones relacionadas o derivadas de este estado de nerviosismo constante. Veamos algunos ejemplos: Mejorar el rendimiento en el trabajo: si estás en una temporada de mucho trabajo, la Rhodiola te ayuda a bajar la sensación de estrés, concentrarte más y combatir la fatiga mental. Esto también es válido para estudiantes bajo altas altas dosis de presión durante los exámenes. Estudios realizados en estudiantes que gozaban de buena salud concluyeron que, tras cuatro semanas tomando Rhodiola, sacaban mejores notas que los del grupo placebo. Por supuesto… ¡también habían estudiado! Calmar los síntomas de la depresión: está comprobado que la Rhodiola influye positivamente en esta patología tan incapacitante según estudios que ponen de manifiesto que, tras 6 semanas tomando Rhodiola, mejoran

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Magnesio & Vitamina D3

El rol del Magnesio y de la Vitamina D3 en el estrés y la inmunidad En estos tiempos, más que nunca, necesitamos un cuerpo fuerte y una mente resiliente, capaz de lidiar con las exigencias del entorno y los constantes cambios a los que nos enfrentamos. Además de los aportes de la nutrición en la salud y el bienestar, cada día se conoce más sobre la relación entre nuestro estado mental y la integridad del sistema de defensas: El sistema inmunológico. A continuación, podrás entender con mayor detalle las funciones principales de este maravilloso sistema, así también, del sistema nervioso, y aprenderás de dos micronutrientes fundamentales para el correcto funcionamiento de ambos. ¡Sigue leyendo! El sistema Inmune Tu cuerpo cuenta con diversos mecanismos para defenderse de las amenazas del ambiente. El primero de ellos forma parte de la llamada “Inmunidad innata”, aquella con la que naces y está constituido por las barreras físicas de protección, es decir, la piel -incluyendo sus secreciones y vellos- y las mucosas de tu sistema digestivo y respiratorio. La segunda línea de defensas, también innata, está formada por numerosas células móviles que son formadas en la médula ósea, pero luego habitan distintos tejidos para combatir microorganismos y toxinas que han logrado traspasar la primera barrera de protección, evitando así que se difundan por la sangre. En tercer lugar, está la “inmunidad adquirida”, aquella constituída por un ejército de células mucho más especializadas que se reclutan a lo largo de la vida, a medida que se toma contacto con un cierto agente de daño. Esta es más lenta, pero mucho más poderosa que la inmunidad innata, y es capaz de recordar sus funciones en el futuro, por eso es que si te da varicela en la infancia, ¡no te vuelve a dar nunca más! El sistema Nervioso  El sistema nervioso es una red de “cables eléctricos”, llamados “nervios” extremadamente sensibles y complejos que comunican las distintas partes del cuerpo. Detrás de la función de cada tejido, siempre está la influencia del sistema nervioso. El encéfalo, gran órgano ubicado dentro del cráneo, integra la información de lo que percibimos del ambiente a través de los sentidos, y lo que percibimos internamente, y de acuerdo con esto, emite órdenes para que el cuerpo responda según lo necesario. Así, permite el movimiento de los músculos, la secreción de hormonas y la mantención de parámetros básicos vitales. En la adaptación al estrés intervienen tanto el sistema nervioso, como el sistema hormonal. El primero actúa rápidamente liberando adrenalina y noradrenalina, y el segundo, un poco más lento, liberando el famoso cortisol. Ambos, a su vez, influyen directamente sobre la capacidad del sistema inmunológico. Cada vez que nuestro cuerpo sufre estrés físico o psicológico se activarán estos mecanismos que intentarán llevar al cuerpo hacia un nuevo estado que nos permita adaptarnos y encontrar un equilibrio. Sin embargo, cuando el estrés se mantiene por mucho tiempo, estos mecanismos se desregulan y se agotan, provocando diversos problemas como depresión, ansiedad, infecciones frecuentes, problemas a la piel, gastrointestinales, entre otros. La Importancia Del Magnesio Magnesio para manejo del estrés El magnesio es un mineral esencial, es decir, debemos obtenerlo a través de la alimentación. Cumple un rol importante en todo el cuerpo, participando en más de 300 reacciones químicas para mantener el equilibrio interno. En el sistema nervioso, el magnesio es crucial para la comunicación entre neuronas y su deficiencia se ha asociado a depresión, ansiedad, pérdida de memoria y también a una respuesta alterada del sistema neurohormonal que regula el estrés que leíste más arriba. La suplementación con Magnesio ha mostrado ser beneficiosa para mejorar la calidad del sueño, la salud muscular, regular la digestión – todo lo que se altera cuando tienes estrés, ¿te has dado cuenta?- y también mejora el ánimo y disminuye los síntomas de ansiedad, entre otros beneficios. Magnesio para potenciar el sistema inmune El magnesio participa en la protección y reparación del ADN, que se daña cuando hay mucha inflamación en tu cuerpo. También ayuda a que los macrófagos (células de defensa) puedan eliminar a los agentes dañinos, a la movilidad de las células de defensa, y participa en la formación y acción de los anticuerpos. ¿Cuánto Magnesio Necesitamos? En las guías de nutrición se recomienda una ingesta diaria de 400 a 420 mg diarios de magnesio para los hombres, y 310 a 320 mg para las mujeres. Sin embargo, si bien el magnesio se encuentra en múltiples fuentes alimentarias, dada la alta frecuencia de deficiencia, se recomienda la suplementación diaria con al menos 100 mg al día. Fuentes Alimentarias de Magnesio Fuentes de origen animal: salmón, pollo, huevo crudo, yogurt y leche. Fuentes de origen vegetal: cereales como salvado de avena y arroz integral, frutos secos como la nuez de brasil, los anacardos, las almendras, las avellanas y el maní. Algunas frutas como el aguacate y el plátano, y otros alimentos como los garbanzos, la acelga y el cacao. Ideas de consumo: puedes prepararte un delicioso batido de plátano con cacao y mantequilla de maní natural para el desayuno, y una colorida ensalada de acelga, palta y setas con garbanzos y arroz integral para tu almuerzo o cena. Vitamina D: Del Sol a tus células Vitamina D y estrés En estados de estrés, el cortisol puede disminuir la asimilación de la vitamina D ingerida en los alimentos, así como la “maduración” de la vitamina D inmadura formada en la piel. Por otro lado, un déficit de vitamina D se ha visto asociado en personas con cuadros de ansiedad, depresión, déficit atencional, y otros estados de estrés físico como lesiones músculo-tendinosas, enfermedad cardiovascular, entre otras. Vitamina D para potenciar el sistema inmune La vitamina D se comporta como un importante regulador inmunológico. Fortalece la actividad antimicrobiana y ayuda a diferentes células del sistema inmune como monocitos, macrófagos y linfocitos a multiplicarse, moverse y defender mejor. Disminuye la tendencia de tu cuerpo a autoatacarse, también conocido como autoinmunidad. Por otro lado, la vitamina D contribuye a mantener la integridad

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La Importancia de la Vitamina B

Biológicamente, los seres humanos estamos preparados para adaptarnos a cualquier alternación del medio externo con el objetivo de sobrevivir: si detectamos un peligro o una amenaza para nuestra supervivencia, se desencadena en nuestro organismo una respuesta fisiológica tan potente como instantánea que estimula los mecanismos de defensa que movilizan nuestra energía y nos facilitan la huida, el ataque, la defensa o la protección de los nuestros. Por lo tanto, podemos decir que esas fluctuaciones en los factores externos generan respuestas fisiológicas que son adecuadas y positivas para el ser humano: es lo que podríamos denominar estrés biológico, y está completamente orientado a la supervivencia. Sin embargo, cuando una situación de presión, exigencia o amenaza se alarga en el tiempo y se convierte en un factor permanente y crónico en la vida de una persona, se desencadena lo que entendemos en nuestra sociedad y de manera genérica como estrés: un trastorno del estado de ánimo que provoca una experiencia psicológica negativa, donde intervienen activamente multitud de procesos en nuestro organismo. El estrés constituye un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de enfermedades y trastornos emocionales como la depresión, la ansiedad y otros muchos: por desgracia, problemas muy habituales en la sociedad moderna y que constituyen una gran carga en todos los sistemas nacionales de salud. Así pues, cualquier mejora en cuanto a los factores que predisponen al desarrollo del estrés constituirá la mejor prevención de posibles enfermedades y trastornos futuros, con el incremento que ello supone de la calidad de vida de las personas. A pesar de ser un problema tan habitual en nuestro mundo, no resulta tan sencillo detectar niveles elevados de estrés, sobre todo por parte de la persona que lo padece. Esto se debe al gran abanico de síntomas y signos con los que el estrés se presenta en cada persona: dolor de cuello o espalda que puede derivar en contracturas, molestias estomacales o problemas digestivos, caída del cabello, incremento en la frecuencia de resfriados o infecciones, insomnio y problemas para conciliar el sueño, cansancio, problemas en la piel como dermatitis o urticaria, dolores de cabeza e incluso cambios de peso. Uno de estos factores que afecta directamente al buen funcionamiento psicológico y cognitivo, y por tanto a una menor predisposición al desarrollo del estrés, es la dieta. Al igual que una gran variedad de hormonas y neurotransmisores, los nutrientes afectan directamente al estado físico y mental del ser humano, por lo que un aporte adecuado de los mismos reduce el riesgo de este tipo de trastornos emocionales y, consecuentemente, se asocia a una mejora en la calidad de vida tanto de personas sanas como afectadas. Particularmente importantes para este fin son las vitaminas: los nutrientes encargados del buen funcionamiento y la regulación de los procesos fisiológicos. El cuerpo es incapaz de fabricar la mayoría de ellas, por lo que debemos ingerirlas con la dieta. En concreto, y respecto a la actividad cognitiva y mental, las vitaminas implicadas directamente en la regulación y el buen funcionamiento de los procesos biológicos son las pertenecientes al grupo B: está científicamente comprobado que este grupo interviene directamente en el buen funcionamiento a nivel nervioso y del cerebro. La suplementación con vitaminas del grupo B se ha utilizado tradicionalmente para mejorar los niveles de energía, reducir la fatiga y, en definitiva, sentirse mejor para encarar nuestro exigente día a día. Sin embargo, en los últimos años su uso se ha extendido también hacia la mejora de la salud mental de los pacientes en general. De hecho, hay estudios en los que se demuestra que una suplementación con dosis altas de vitaminas como la B6, B9 (ácido fólico) y B12, en determinadas circunstancias, dan lugar a un beneficio en el estado de ánimo y el estado de salud cerebral. Por si fuera poco, la ausencia de estas vitaminas en la dieta se ha relacionado con un mayor riesgo e incidencia de depresión, una enfermedad que golpea con virulencia nuestra sociedad. La presencia de las vitaminas B6, ácido fólico y B12 en alimentos como las carnes magras, pescados, vegetales de hoja verde, legumbres y frutos secos hacen de la dieta mediterránea una opción ideal para mantener una buena salud mental y prevenir enfermedades de todo tipo. Por ello, la suplementación con estas vitaminas puede contribuir tanto a la prevención y el cuidado de la salud mental de personas sanas, como al tratamiento junto con fármacos específicos de personas en situación de estrés, depresión o ansiedad. El impacto de estas vitaminas en la salud mental y el estado de ánimo y los numerosos estudios de investigación sobre dicha acción vienen explicados por la caracterización de las vitaminas B como cofactores (sustancias que favorecen el desarrollo de procesos determinados) de la fabricación y regulación de los neurotransmisores dopamina y serotonina en nuestro organismo: dos sustancias directamente implicadas en la regulación del estado de ánimo y el humor, así como la depresión y la ansiedad. De hecho, serotonina y dopamina son dianas habituales de los medicamentos utilizados en tratamientos para la depresión y otros trastornos mentales similares. Así pues, a nivel cerebral y de estado de ánimo, el papel de la suplementación con vitaminas B6, B9 (ácido fólico) y B12 reside, entre otras funciones, en el cuidado del estado de salud cerebral y la salud mental del ser humano, previniendo así el desarrollo tanto de trastornos mentales como de enfermedades de cualquier otro tipo que aparecen, en muchos casos, como consecuencia de una salud mental precaria. Además, en pacientes afectados de estrés, ansiedad o depresión, la suplementación con vitaminas del grupo B constituye una buena ayuda para los tratamientos antidepresivos. Por Angel Fernandez Doctor en farmacia. Óptico, traductor médico y redactor de ciencia y deportes. Tengo la gran suerte de poder trabajar con lo que realmente me apasiona gracias a mi formación y experiencia multidisciplinar. Creo en la comunicación como la principal herramienta de conocimiento. Referencias Whiteford, H.A.; Ferrari, A.J.; Degenhardt, L.; Feigin, V.; Vos, T. La carga mundial de los trastornos mentales, neurológicos

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¿Como Elegir Tus Suplementos de Forma Segura?

Introducción ¿Te interesa adoptar un estilo de vida más saludable y has comenzado a comprar suplementos? ¿Crees que necesitas ayuda para dar energía al cuerpo o para alguna función específica? Imagina el siguiente escenario: vas caminando por un parque y te encuentras con una vieja amiga. Inician una conversación y le mencionas que necesitas comprar vitaminas para la concentración. Ella te recomienda unas que son “naturales” que fabrica un conocido de ella en su casa. Unos días más tarde, siguiendo su recomendación, adquieres un frasco de “vitaminas para la memoria” y comienzas a tomarlas. Al cabo de 2 meses no has sentido ningún efecto más allá de un malestar abdominal asociado a la ingesta de las famosas vitaminas. ¿Qué sucedió? Como consumidores esperamos que los medicamentos y suplementos sean efectivos y seguros. Muchas veces nos encontramos ante innumerables opciones ofrecidas en el mercado y terminamos eligiendo el de envase de más colores o el de precio más económico. No leemos las etiquetas, o no sabemos reconocer sus compuestos. Incluso, asumimos que en el envase está toda la información necesaria para tomar la decisión de comprar o no el producto. Confiamos demasiado. Sin embargo, si buscamos darle a nuestro cuerpo los mejores cuidados, debemos ser responsables y elegir lo que vamos a consumir con la mejor calidad posible. En este artículo encontrarás todos los aspectos que necesitas saber sobre tu suplemento antes de decidir. ¡Sigue leyendo! La calidad de los suplementos La industria de suplementos está creciendo cada vez más. El consumo de vitaminas, minerales y productos derivados de plantas medicinales se ha hecho una práctica común tanto entre quienes desean complementar su alimentación, como aquellos que requieren un apoyo específico para tratar ciertas condiciones o enfermedades. El problema es que, a diferencia de la industria farmacéutica, el rubro de los suplementos no es regulado con las mismas exigencias. Productos no estudiados y no certificados pueden salir a la venta sin mayores restricciones y estar al alcance de cualquiera. De ahí la importancia de aprender a fijarnos en cuáles elementos determinan la calidad del producto que buscamos, y si está certificado o no por alguna entidad reguladora que garantice ciertos estándares de producción. Como detalle adicional, los requisitos para adquirir una certificación pueden cambiar en distintas partes del globo, por lo que no todas son sinónimo de pureza, seguridad y efectividad. El origen de los materiales Cuando hablamos de materias primas debemos asegurarnos que el origen de estas sea declarado en el envase del producto y que cumpla con estándares de producción, traslado y almacenamiento adecuados. Esto cobra importancia al momento de conseguir un producto de alta calidad, ya que no todos los países tienen las mismas exigencias ni cumplen los mismos requerimientos al momento de producir ciertos compuestos. Cuando una compañía está dispuesta a disminuir sus costos de producción a costa de comprometer la integridad de sus productos o las condiciones de trabajo de su personal, no cumplirá con certificaciones ni con controles de calidad. Una forma de asegurarte de que tu suplemento cumpla con un proceso estandarizado y regulado es a través de la certificación de las normas de correcta fabricación (NCF). Esto implica que la procedencia de sus materias primas debe cumplir los mismos estándares, dando resultado a un producto final de alta calidad. Certificación GMP Las “Normas de Correcta Fabricación” (NCF), también conocidas como “Buenas prácticas de fabricación” (BPF) – Good Manufacturing Practice (GMP) por sus siglas en inglés- se aplican sobre la producción de medicamentos, alimentos y cosméticos, entre otros rubros. Esto incluye el desarrollo de la formulación, los estudios de estabilidad, los procesos de preparación, las pruebas de calidad y todo lo necesario antes de que el producto salga a la venta Ofrecen una garantía en la calidad y aseguran que los productos se generan de forma controlada y regular. Estas normativas intentan prevenir riesgos de contaminación y mezclas inciertas de componentes, lo que puede resultar en consecuencias perjudiciales para el consumidor. La regulación de las buenas prácticas de fabricación se basa en reglamentos europeos. Estos son decretos reales y normas de la conferencia internacional de armonización, que incluye los pasos a seguir para la fabricación correcta de productos médicos con todos los detalles necesarios. Exigencias de las normas GMP Personal capacitado. Cada persona debe estar cualificada para realizar los controles de los procesos. Sus funciones deben ser definidas y registradas en un procedimiento. Además, el personal debe estar en constante formación acorde a las necesidades que van surgiendo en los procesos de fabricación. Aquellos que realicen el control de calidad deben dedicarse a ello de forma exclusiva. Adicionalmente, se exigen protocolos de higiene, uso de ropa adecuada y se prohíbe la manipulación de los productos y el consumo de alimentos y cigarrillos en las instalaciones. Instalaciones y equipos cualificados y calibrados. Todo procedimiento debe estar validado y documentado. Las instalaciones deben estar situadas en entornos apropiados para minimizar los riesgos de contaminación. Deben seguir medidas de higiene estrictas, así como condiciones de temperatura y ventilación. Los locales deben estar diseñados para evitar el ingreso de animales, insectos o polvo. Conservación de materias primas y adecuado uso de envases y embalajes. Producción, almacenamiento y distribución. Cumplimiento de protocolos documentados en la manipulación de materias primas y productos. Procesos llevados a cabo por el personal competente. Envases con etiquetado acorde y procesos que eviten errores en el contenido. Rótulos permanentes durante la fabricación, almacenamiento y distribución de los productos. Medidas de prevención de contaminación cruzada. Inspección del estado de envases y embalajes en la recepción y entrega de materiales o productos, y su registro correspondiente. Documentación. Registro detallado de todos los procesos existentes. Cada registro debe estar en un lenguaje claro y específico. Documentación de cualquier cambio en un proceso establecido, con la investigación para documentar dicho cambio. También se exigen documentos que permitan una trazabilidad completa de los productos. Controles de calidad. Aplicados en todas las decisiones durante el proceso de fabricación de un producto. Es fundamental que el control sea independiente de la

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