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SALUD CEREBRAL

¿Qué son los nootrópicos?

Introducción Seamos realistas. En algún momento de nuestras vidas, todos hemos tenido pensamientos de lo fenomenal que sería estar entre las personas más inteligentes de la tierra: aprender más cosas en poco tiempo, ser tan inteligente que te pone en la cima en el trabajo o en la escuela. Esto no tiene que seguir siendo un sueño; puede ser real. Con los Nootrópicos, puedes convertir estos sueños en realidad aprendiendo a aprovechar todo el potencial y el poder de tu cerebro. En este artículo, le explicaremos todo lo que necesita saber sobre esta sustancia que le cambiará la vida: Nootrópicos, qué son, cómo funcionan y su eficacia. Aprenderá cómo maximizar esta sustancia para mejorar su creatividad, estado de alerta, cognición, memoria y capacidad de recordar. ¿Qué son los nootrópicos? El término Nootrópicos deriva de dos palabras griegas, “nous” que significa “la mente” y “tropein” que significa “doblar”. Este término fue acuñado por C.E. Giurgea, un reconocido químico y psicólogo, a finales de los años noventa. Según él, los nootrópicos tienen las siguientes características: Mejoran la memoria y la capacidad de aprendizaje; Ayudan a la función cerebral, incluso en condiciones perturbadoras; Protegen el cerebro de toxinas químicas y físicas; Aumentan los procesos cognitivos naturales; Seguridad: Los nootrópicos tienen una toxicidad extremadamente baja y son seguros para el ser humano. Los nootrópicos, también conocidos como potenciadores cerebrales, son una clase de sustancias que mejoran las funciones cerebrales, como la motivación, la concentración, la memoria y la atención. Pueden agruparse en dos tipos diferentes: Nootrópicos naturales y a base de plantas; Nootrópicos sintéticos. Los nootrópicos naturales suelen obtenerse en forma de extractos de hierbas o complementos alimenticios. Se ha demostrado que potencian la función cerebral al tiempo que hacen que el cerebro esté más sano. Al ser de origen natural, no suelen asociarse a efectos secundarios ni a adicción. Algunos ejemplos son la Rhodiola, el Ginkgo biloba, el Panax quinquefolium, etc. Los nootrópicos sintéticos son compuestos creados en laboratorio para potenciar las funciones mentales. A menudo se denominan drogas inteligentes. Algunos ejemplos son el Modafinilo, el Piracetam, el Adrafinilo, los Racetams, etc. Estas drogas se crearon para ayudar con enfermedades como el TDAH, el insomnio, el Parkinson, etc. Sin embargo, los humanos sanos los aprovechan para ayudar a potenciar sus funciones cognitivas. Aunque estos compuestos son muy eficaces, a menudo se asocian con efectos secundarios y posibles consecuencias a largo plazo. Por ello, la mayoría requieren una receta médica válida para obtenerlos. Los nootrópicos ofrecen una amplia gama de beneficios. Y la gente que no sabe cómo funcionan cuestiona su eficacia. Entender el cerebro humano y el efecto de los nootrópicos sobre el mismo asegura su eficacia. Los investigadores han propuesto que los nootrópicos actúan a través de múltiples vías cerebrales que se analizarán en detalle en este artículo. El Cerebro y su Complejidad El cerebro es la estructura más compleja del cuerpo humano, con unos 86.000 millones de neuronas. Consta de tres partes: el cerebelo, el cerebro y el tronco encefálico, y la corteza cerebral representa alrededor del 80% de su estructura total. Representa alrededor del 3% del peso del cuerpo y recibe aproximadamente el 15% de la sangre corporal y el 20% del suministro total de oxígeno. Las neuronas se comunican entre sí mediante los neurotransmisores, formando un circuito para compartir información. La ciencia, con todos sus avances e investigaciones, no ha sido capaz de comprender plenamente cómo funciona el cerebro. La singularidad en el tamaño y la complejidad del cerebro humano les dota de sofisticadas capacidades cognitivas. Por lo tanto, mientras los mecanismos de acción de algunos nootrópicos se han relacionado con varias vías en el cerebro, que vamos a considerar, otros siguen siendo un misterio. Echemos un rápido vistazo a las distintas vías y al efecto de los nootrópicos sobre ellas: Energía Cerebral El cerebro, aunque pequeño, tiene numerosas funciones y consume una cantidad excepcional de energía. De hecho, es el órgano que más energía consume del cuerpo y quema alrededor del 20% de la reserva energética total del organismo. La principal fuente de energía que utilizan las células cerebrales es el ATP, trifosfato de adenosina, obtenido a través del metabolismo de la glucosa. Este ATP se utiliza principalmente para 2 funciones: Gestión del Organismo El cerebro controla todos los procesos que regulan nuestro cuerpo, como la temperatura, el tacto, el pensamiento, la memoria, la visión, las emociones, la respiración, la motricidad, el hambre, etc. Trabaja 24 horas al día, 7 días a la semana, calculando y regulando una serie de señales neuroquímicas, procesando y recibiendo reacciones a través de la red neuronal del cuerpo. Mantenimiento del Cerebro Las neuronas se lesionan y mueren constantemente, por lo que necesitan una gran cantidad de energía para repararse, regenerarse y crecer. Entre los nootrópicos que aumentan el suministro de ATP cerebral se encuentran la Rhodiola Rosea, la vitamina B1 (tiamina), el ginseng, los hongos cordyceps y la sulbutiamina. Estos nootrópicos aumentan la energía cerebral al: Mejoran la función y la eficacia mitocondrial; Aumentan la circulación cerebral y la captación de nutrientes y oxígeno necesarios para la generación de energía. Los nootrópicos aumentan la energía cerebral, evitando la fatiga mental y la niebla cerebral, que son manifestaciones de una energía cerebral deficiente. Sustancias Químicas del Cerebro Las células cerebrales se transmiten impulsos entre sí a través de unas sustancias químicas denominadas neurotransmisores. Estas sustancias químicas actúan como mensajeros que conducen señales o información a través de sinapsis por todo el sistema nervioso central. Los neurotransmisores realizan su función actuando sobre los receptores y cuentan con la ayuda de otras sustancias químicas auxiliares: enzimas y hormonas. Para que el cerebro funcione correctamente, los neurotransmisores, los receptores y otros factores auxiliares deben funcionar de forma óptima. Los nootrópicos ayudan a la buena función de los neurotransmisores: Estimulando la síntesis y liberación de sustancias químicas y sus precursores; Ayudando a la sensibilidad de los receptores; Reduciendo la degradación de los neurotransmisores. Neurotransmisores como la glutamina, la dopamina, la serotonina, la adrenalina, la noradrenalina, la

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¿Cómo sé que tengo estrés?

Introducción En los tiempos de hoy nos encontramos cada vez más estresados y con incertidumbre de lo que vendrá. Vemos que poco a poco nuestro rendimiento disminuye, nos cuesta mantener la concentración, sufrimos cambios de ánimo y notamos que la energía no es la misma de antes. Sin embargo, hemos olvidado que el estrés cumple un rol importante en el ser humano como mecanismo para asegurar la vida y la supervivencia, y lo culpamos de todos nuestros malestares.  En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber para comprender qué ocurre en tu cuerpo y en tu mente cuando sufres estrés y qué puedes hacer para prevenirlo y manejarlo con éxito. ¿Qué es el estrés? El estrés es una reacción natural o fisiológica del organismo en la que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que es percibida como amenazante. Consiste en un conjunto de reacciones rápidas que se generan en el cuerpo para prepararlo para la acción. Es el sistema biológico de alerta necesario para la supervivencia. Cuando te enfrentas a una amenaza que atenta contra de tu vida o tu seguridad, para sobrevivir, tu cuerpo responde con un gran número de cambios de adaptación que involucran la activación del sistema nervioso y hormonal. Una vez que el estímulo se detiene, el cuerpo volverá a su estado basal. El problema ocurre cuando el estímulo no cesa, o el cuerpo se mantiene en estado de alerta por largos períodos. La ciencia detrás del estrés La respuesta al estrés se desarrolla en 3 fases, dependiendo de cuánto tiempo dure el gatillante. Por ejemplo, si lo que te genera estrés es una presentación ante un público extenso, es posible que sólo vivas la primera fase de alerta con la activación aguda del sistema nervioso. Sin embargo, si la situación se prolonga en el tiempo, como en el caso de perder el trabajo o tener un familiar con una enfermedad grave, tu cuerpo desencadenará los cambios necesarios para adaptarse, pudiendo llegar a la fase de agotamiento, con las respectivas consecuencias mentales, emocionales y físicas. Primera, fase de alerta: Esta fase corresponde a la “alarma”, es decir, la activación del sistema nervioso simpático en su modo de “lucha o huida”. Esta respuesta es extremadamente rápida, y los síntomas que se presentan son causados por el aumento de noradrenalina en la sangre. Algunos de estos son: Nerviosismo o inquietud Ansiedad Palpitaciones Respiración agitada Molestias digestivas como náuseas, diarrea o dolor abdominal Segunda, fase de defensa o resistencia Esta fase corresponde a una activación hormonal que es más lenta que la anterior, pero sus efectos son más duraderos. Los cambios que ocurren en tu cuerpo se deben principalmente al aumento de cortisol en la sangre, el que tiene la función de mantener estables los niveles de azúcar en la sangre para poder ser utilizada por tus músculos, tu corazón y tu cerebro, y así poder responder adecuadamente a la situación de estrés. Tercera, fase de agotamiento Esta etapa sólo aparece si la amenaza persiste en el tiempo, y la activación del sistema nervioso y el sistema hormonal se mantienen activas. Luego de un tiempo, las hormonas se hacen menos eficaces en responder. El cuerpo se agota y las señales son más lentas, hasta que finalmente el cortisol empieza a disminuir. Cuando este estado se produce, las reservas energéticas del organismo están siendo utilizadas para reaccionar ante estímulos negativos, por lo que el cuerpo se debilita y las enfermedades aumentan.  Síntomas de estrés crónico El cuerpo tiene señales físicas, mentales y emocionales que indican cuándo una persona está pasando por un periodo de mayor riesgo para la salud mental y física.  Algunos síntomas comunes que pueden afectar son los siguientes: Dolor de cabeza Problemas para dormir como insomnio o sueño excesivo Fatiga y cansancio Ánimo disminuido o depresión Estados de ansiedad Falta de concentración Pérdida de memoria Hipertensión arterial Estreñimiento o diarrea crónica Disminución del deseo sexual Dermatitis, erupciones de la piel Alergias Se acabaron las vacaciones: el estrés de la vuelta al trabajo Durante el período de vacaciones nos encontramos felices, relajados, y ocupamos parte de nuestro tiempo en actividades que nos recargan de energía. Sin embargo, cuando esto se acaba, es posible que rápidamente volvamos a encontrarnos con situaciones de estrés del trabajo, los estudios y las responsabilidades. Si bien esto es normal, ten en cuenta que un estilo de vida que incluya una alimentación nutritiva, actividad física, relaciones interpersonales saludables y nuevos desafíos permitirá que te mantengas en acción y con la energía suficiente para responder a los cambios, disminuyendo el riesgo de caer en estrés crónico y todas sus consecuencias.  Considera hacer un plan para organizar tus horarios y actividades y asegurar momentos para el autocuidado, como se sugiere en el siguiente apartado. Soluciones naturales para el estrés Si bien hay situaciones que escapan a nuestro control, a continuación, encontrarás una lista de herramientas que puedes implementar en tu día a día, que te permitirán mantener a tu sistema nervioso en equilibrio, responder con mayor calma a las situaciones desafiantes y prevenir las consecuencias del estrés crónico. Ordena tus horarios: procura despertar y dormir a la misma hora todos los días.  Cuida tu sueño: evita las actividades que sean muy estimulantes las horas previas a dormir, como ver televisión, hacer ejercicio extenuante o planificar. Puedes tomar un baño tibio, escuchar música relajante o escribir en tu diario. Realiza ejercicios de estiramiento o flexibilidad. Esto ayudará a relajar tu cuerpo y tu mente. Sal a caminar. Despejará tu mente y te permitirá pensar con mayor claridad. Pasa tiempo en la naturaleza.  Haz 10 minutos de grounding: camina con pies descalzos sobre césped, tierra o arena. Bebe más agua e infusiones herbales Consume alimentos que te hacen sentir mejor, como frutas frescas, vegetales, granos integrales y semillas. Evita productos procesados o con azúcares añadidas Evita consumir alimentos estimulantes como el café, el té negro y el chocolate en exceso. Evita el consumo de alcohol y cigarrillos Incluye actividades que te

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